Para los conocedores, -bebedores, debo decir- deben saber la diferencia entre una cuba libre y una tecate. Tanto como la distancia que hay entre la República Isleña del caribe y la ciudad de Tecate en Baja California. Los licores son de produccion y consumo mundial, como probablemente también sea mundial los daños colaterales que produce su dependencia. Por más que la propaganda de sus fabricantes hoy inviten a la moderación, quien sabe cuantos consumidores les hacen caso. Seguramente muchos ya no pueden.
Por décadas parecía que el consumo de vinos, cervezas y destilados era imprescindible en la vida de todo mortal. En la alegría o la tristeza, con dinero o en pobreza, en la mansión o en la choza, se hacía sentir que todo se completaba con el trago, la copa o la botella. Pedro Infante cantaba:"Copa tras copa, botella tras botella.." Tony Aguilar se quejaba en la "cruda" y de las peleas de la señora, pero terminaba la canción decidido a continuar. Cornelio Reyna se gozaba de que lo echaran del "Tenampa". De manera semejante cantaron también Javier Solís, Jorge Negrete, Vicente Fernández y otros más. Probablemente, por décadas, en cada pueblo y ciudad del continente latinoamericano, no ha habido bar ni fin de semana que no cuente con miles de consumidores en celebración o decepción, o simple deseo de tomar.
La cosa es oscura cuando toca ver de cerca el desastre de una vida destrozada y destructiva de un alcoholismo convertido en cadena que apreta en el hígado, en la economía de la familia y como violencia intrafamiliar.
Es que ayer entre lágrimas de pesar Matilda, de 49 años cuenta de la trágica muerte de su compañero sentimental y padre de sus 3 hijos. Alberto murió atropellado terriblemente cuando cruzaba la autovía. Había pasado la mañana bebiendo, el conductor no pudo frenar y todo acabó en la muerte de Alberto. Este había luchado por dejar de tomar, pero perdió la batalla. Matilda siempre amó a Alberto, pero en los 24 años juntos, por 17 años el alcohol y la violencia la sumieron a ella y sus hijos en un infierno de golpes, peleas e insultos. Por esa causa se habían separado. Habían comparecido ante el juez de familia. Alberto había sido encarcelado para controlar lo que en el pueblo llamaban "mal guaro". Matilda, que estoicamente aguantó la convivencia con Alberto, que lo denunció ante la policía cuando se volvía violento, ahora se siente culpable. ¿de qué? No lo sabe, pero sufre por que se da cuenta que lo amaba. "El era buen hombre -dice, cuando no tomaba- Pero una vez que se emborrachaba era un demonio.
La historia es tan común, pero muy pocos lo piensan, ya sea que su bebida la encuentre en un bar derruído con un pulque curadito mexicano, un pisco peruano o chileno, o en el Supermercado, comprando la botella de Juanito Caminador(Johnnie Walker) o la etiqueta negra del caballo blanco, que por estas latitudes bien puede costar $175 U.S. dollars. !El salario de un mes en una maquila! No fue por puro gusto de hablar, que el viejo escritor bíblico hace casi 30 siglos decía: no mires el vino cuando rojea... o que la sidra es alborotadora y la cerveza adormecedora.."