miércoles, 30 de julio de 2008

LA PENA DE VIVIR 100 AÑOS

A mediados del siglo pasado, Pedro Infante, el cantor mexicano, hacía soñar a las jovencitas de aquella época con una canción muy popular. La canción se titula "Cien Años", y uno de los versos dice el enamorado a su amada que se muestra indiferente hacía él: "Y si vivo cien años, cien años pienso en tí"

!Qué caray! No dudo del sentimiento y sí, dudo de que tal cosa sea posible. El fin de semana pasado me toco asistir y apoyar los funerales de una señora que en Diciembre proximo cumpliría 100 años de edad. Vivía con su hija única, de unos 75 años, la cual nunca se casó. Vivían modestamente y se sostenían por una fe y una esperanza especial en Dios.

Y vaya que, necesitaban ese tipo de relacion, pues tengo la impresión que los últimos 25 años ambas sufrieron achaques y enfermedades que las ataron a su casa y a una poca movilidad hacia fuera de ella. Nunca renegaron de su situación. Todo lo contrario, quienes las visitaban pensando en consolarlas, salían consolados. ¿Tenían calidad de vida? A mi parecer No. ¿Qué las sostenía en una visible actitud estoica? La visita de amigos, no parientes, y su decidida confianza en que Dios no era ajeno a su condición.

Esta actitud es encomiable, pues una larga vida solo sería disfrutable en la medida que se cuente con salud, con vigor, con cariño, con recursos suficientes y probablemente ocupado en cosas que a uno le guste hacer. Claro, si se cuenta también con facultades físicas plenas, vista y oído, todavía es mejor. Pero, son precisamente estas cosas las que faltan o fallan con la edad. Por eso es que los pensadores bíblicos desde hace más de 25 siglos ya decían que después de los 70, las cargas de la vida pesan.

Probablemente la ciencia geriátrica ahora puede sugerir mejores formas de envejecer con calidad de vida. No será posible detener el proceso de envejecimiento, pero sí se hacen investigaciones al respecto. Sin embargo, en varios aspectos ya se ha hecho la pregunta: ¿En efecto, quieren los seres humanos vivir más? Quizá no, pero nadie quiere morir, excepto algunos que padecen males terminales.

Independientemente de sus ideas religiosas, la verdad que si no se envejece con calidad de vida, la vejez y la actitud hacia la vida se vuelven pesimistas, frustrantes y fuente de malas relaciones hacia los demás. ¿Cuantos años quiere Ud vivir, realmente?

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