domingo, 7 de septiembre de 2008

3 SON COMPAÑIA

No se trata de la vieja serie de televisión de los años 80´s. Pero era un trio simpatico que jamas antes se habían conocido y coincidieron en trabajar para la misma compañia en los años 90´s. Llamábase él, Bartolo, pero por los 3 meses que vivió en Tucson, le encantaba que le dijeran Bart, (el parecido con Simpson, fue pura casualidad) y era un hombre de 48 años. Amanda tendría 40 años, madre de adolescentes y divorciada. Su porte de unos 160 centímetros de altura con medidas regulares, morena, pelo lacio y corto. Parecía querer robarle vida a la vida. Anel era la bella. De tez blanca sanguíneo, con una sonrisa que iluminaba su rostro, unos ojos vivaces y expresivos y una integridad a prueba de todo. En el año que se conocieron Anel esperaba un bebé. Su estatura y su porte resaltaban su juventud rondando los 25 años. En realidad era un trio disparejo, pero la quimica que desataban era fenomenal.
Una vez al salir de su oficina decidieron celebrar su amistad. Entre sangrías y naranjadas, Bart pensaba que Amanda era audaz y aventada, contrastando con la casi timida actitud de Anel. Total, Bart quería ver bailar a Amanda por que se daba la fama de ser excelente bailarina. Aquella tarde, Bart la retó a que bailara pero sobre la mesa. Ni timida ni lenta, inmediatamente se dispuso a hacerlo. Y Anel, asustada la detuvo. Sabía de lo que era capaz una Amanda que echaba vida por los poros.
Esta imagen vino al recuerdo de Bart, el día, 12 años después, cuando Anel llamó para decirle que Amanda había perdido su lucha contra una enfermedad terminal que la atacó. De hecho, aquel trío había trabajado casi juntos por 3 años, luego cada quien emprendió otros caminos profesionales. Pasados los funerales, Bart prefirió mantener la imagen jovial de aquella tarde y no pudo evitar hacer un recuento de la amiga perdida. Amanda nunca lo dijo, pero su divorcio había sido una solución necesaria a una relacion destructiva. Luego quiso volver a entablar nuevas relaciones pero no encontró lo que quería. Le quedó la sensacion a Bart de lo injusta que es la vida para algunos mortales. Con Amanda quedaba la sensación de que nunca recibió lo que se merecía como mujer, y su actitud libre, era solo una manera de disfrazar su anhelo de arrancarle a la vida lo que le pertenecía. Pasada la consternación Bart pensaba que era buena idea volver con Anel, al restaurant y a la mesa donde alguna vez, la vida parecía ser chispeante para los 3, pero Anel, mas tierna y con el sentimiento profundo de la pérdida, se sentía tranquila de haber podido estar con Amanda en alguna situación en que la necesitó. ¿Es que en verdad hay seres humanos que pasan por ésta vida sin jamas recibir lo que buscan y a pesar de eso no pierden la alegría de vivir sin amarguras? ¿Cuando será posible que las parejas antes de juntar sus vidas puedan discernir si el compañero o compañera con quien se comprometen será el adecuado?
Porque, lo que aquel trío tenía en común era no estar absolutamente seguros y felices de haber hecho buena elección. Aunque jamás hablaban de eso, pero se identificaron desde el principio como buenos amigos. La navidad de aquel año se habían divertido al son de 2 canciones de Vicente Fernandez: El Rey y Mujeres Divinas.

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